El proyecto de ley SB-21, orientado a establecer una reserva estratégica de Bitcoin y otros activos digitales en Texas, obtuvo la aprobación unánime (9-0) del Comité Bancario del Senado de Texas el pasado 27 de febrero, y ahora se prepara para su debate en el pleno del Senado. La normativa confiere al Contralor de Cuentas Públicas la facultad de adquirir, vender y comerciar cualquier inversión que un inversor prudente, actuando con el debido cuidado, habilidad y cautela, consideraría apropiada. En el texto se afirma que “Bitcoin y otras criptomonedas pueden funcionar como un resguardo contra la inflación y la inestabilidad económica, y la creación de una reserva estratégica de Bitcoin cumple el propósito de brindar mayor seguridad financiera a los residentes del estado”.

Inicialmente, en enero de 2025, el senador estatal Charles Schwertner presentó el proyecto exclusivamente centrado en Bitcoin. Sin embargo, en febrero se rectificó la propuesta para incluir otros activos digitales, respuesta directa a la orden ejecutiva emitida el 23 de enero por el presidente, que impulsó el estudio sobre la viabilidad de una reserva de activos digitales. Adicionalmente, estados como Oklahoma, Arizona y Utah están evaluando proyectos similares para diversificar sus reservas financieras y protegerse frente a la depreciación del dólar.

Durante la audiencia pública realizada el 18 de febrero, expertos señalaron que, aunque el debate fue en gran medida simbólico, la repercusión en el mercado dependerá de las políticas concretas que adopte el estado, por ejemplo, si se decide la adquisición activa de Bitcoin como parte de su portafolio. Entre los participantes, Pierre Rochard, reconocido defensor del Bitcoin y vicepresidente de investigación en una importante compañía minera, destacó la singularidad del activo por su total capacidad de auditoría, lo que podría recuperar la confianza pública en tiempos de incertidumbre fiscal y económica.

La iniciativa tiene como objetivo preparar a Texas para posibles recesiones y contratiempos económicos, reafirmando la apuesta estatal por la innovación financiera y consolidando el papel de los activos digitales en la diversificación de sus reservas.