Una orden ejecutiva del presidente de EE. UU. estableció una reserva estratégica de Bitcoin y planteó estrategias presupuestarias que permitan incrementar las tenencias de BTC sin utilizar fondos adicionales de los contribuyentes. La propuesta incluye la adquisición de criptomonedas mediante la incautación de activos y la posible conversión de otros activos de reserva, sin que esto represente un gasto extra para el Estado.

El gobierno de EE. UU. cuenta con amplias reservas estratégicas que abarcan diversos activos y commodities, como el petróleo, el oro, las divisas extranjeras, e incluso productos tan inusuales como ciertos alimentos. Entre estos, los activos más líquidos son el petróleo, el oro y el dinero en moneda extranjera. Según el Departamento de Energía, la Reserva Estratégica de Petróleo posee aproximadamente 395 millones de barriles en circulación, con una capacidad total que supera los 713 millones. A un precio estimado de 67 dólares por barril, este inventario equivale a más de 26.4 mil millones de dólares.

Por otra parte, datos del Tesoro de EE. UU. indican que se cuentan con más de 258.6 millones de onzas troy de oro, valoradas en alrededor de 10.9 mil millones de dólares, y que las reservas de divisas convertibles suman más de 35 mil millones de dólares. Algunas estimaciones, como la de Sygnum Bank, sugieren que una reserva de Bitcoin en manos del gobierno podría incrementar la capitalización de mercado de BTC en un 25%, lo que se traduciría en un impacto de aproximadamente 460 mil millones de dólares.

En el ámbito legislativo, la senadora de Wyoming, Cynthia Lummis, presentó en julio de 2024 una iniciativa conocida como la Ley Bitcoin, en la que se plantea que el gobierno adquiera el 5% del suministro total de Bitcoin, equivalente a 1 millón de BTC, y lo mantenga durante dos décadas como mecanismo de cobertura contra la inflación. Posteriormente, en noviembre de ese mismo año, Lummis propuso convertir parte de las reservas de oro a Bitcoin como método presupuestario para financiar esta enorme adquisición, que en ese momento se estimaba en cerca de 90 mil millones de dólares. La senadora ya había manifestado previamente que el Tesoro debería transformar algunos de sus activos en BTC, aunque sin precisar cuáles.

Complementariamente, el asesor de la Casa Blanca, David Sacks, se refirió a Bitcoin como el “oro digital” y describió la nueva reserva estratégica de la criptomoneda como un “Fort Knox digital”, subrayando su carácter escaso y su potencial para constituir una forma única de reserva de valor en el contexto financiero actual.