Tras un repunte del 14,2% que lo llevó a rebotar desde el soporte de los $2,000 el pasado 4 de marzo, Ethereum no ha logrado sostener la barrera de los $2,200 y presenta un desempeño inferior al del mercado general, cayendo aproximadamente un 11% en las últimas dos semanas. Este comportamiento se debe a múltiples factores que reflejan un ambiente de incertidumbre entre los inversores.
Entre las principales razones se encuentra la disminución en la actividad on chain y la notable caída del Total de Valor Bloqueado (TVL) en la red Ethereum, que se redujo un 13% en apenas dos semanas, contrastando con un retroceso menor en otras plataformas como BNB Chain. Además, la tasa de emisión neta positiva de ETH, derivada en parte del aumento de la oferta producto de ajustes en el espacio blob para soluciones de escalabilidad de capa 2, ha contribuido a la coyuntura actual.
Asimismo, el flujo negativo de ETF de Ethereum, que acumuló salidas netas que alcanzaron los 336 millones de dólares entre el 19 de febrero y el 4 de marzo, pone en evidencia la falta de confianza de algunos inversores. La competencia también juega un rol determinante, ya que plataformas como Solana han mostrado mejoras en su actividad de mercado, incluyendo un incremento del 4% en el volumen de transacciones en intercambios descentralizados (DEX) durante el mismo período, lo que podría traducirse en una mayor atracción de capital institucional ante la posible aprobación de ETFs al contado en Estados Unidos.
El análisis de las métricas on chain revela debilidades adicionales, como la reducción del 49% en la actividad de Curve Finance y el 16% en los volúmenes de Pendle, lo que ha afectado la liquidez y el rendimiento del ecosistema de Ethereum. Por otro lado, las tarifas promedio de transacción han descendido a niveles inferiores a 1 dólar, situación inédita desde julio de 2020, señal de una menor demanda de procesamiento en la red.
Ante este escenario, se esperan nuevos ajustes, especialmente con la inminente actualización de red conocida como ‘Pectra’, cuyo objetivo es equilibrar la distribución de las tarifas a lo largo del ecosistema. Sin embargo, la eficacia de esta medida aún es incierta. Además, se ha comentado la posibilidad de que en próximos foros de discusión y cumbres sobre activos digitales en Estados Unidos se definan estrategias que podrían relegar a Ethereum de un rol protagónico en futuras reservas digitales estratégicas, limitando su potencial alcista.
En resumen, mientras la red Ethereum continúa enfrentando reveses tanto en términos de actividad on chain como en la captación de capital a nivel institucional, su capacidad para retomar una tendencia alcista depende de superar estos desafíos y ajustar sus mecanismos internos ante un panorama competitivo cada vez más exigente.