El mercado de Bitcoin enfrenta una importante corrección tras haberse visto reducido su valor a $83,500 el pasado 26 de febrero, marcando así su nivel más bajo desde noviembre de 2024. Durante tres días, la criptomoneda perdió $12,820, lo que significó la eliminación de más de $1,000 millones en posiciones largas apalancadas, de acuerdo con datos analíticos.

Los analistas destacan que el temor a una recesión global es el principal impulsor de este sentimiento bajista, aunque también se observa la presión procedente de los mercados de derivados y unas ganancias corporativas más débiles. En un contexto marcado por la incertidumbre económica, la propuesta del expresidente de EE. UU. de imponer aranceles a las importaciones de Canadá y México ha empujado a los inversores a buscar refugio en los bonos del Tesoro estadounidense. Esta aversión al riesgo se refleja, además, en la caída del oro, que perdió un 2.2% en apenas dos días respecto a su máximo histórico reciente.

A diferencia de las grandes empresas tecnológicas que pueden aprovechar oportunidades en tiempos difíciles, Bitcoin no genera dividendos ni ofrece alternativas claras para beneficiarse durante una desaceleración económica, lo que hace que, en este entorno, activos como el S&P 500 resulten preferibles como cobertura. Expertos, por ejemplo, han resaltado el sólido crecimiento interanual de las ganancias del cuarto trimestre, proyectado en un 16.9% por algunas entidades analíticas.

Asimismo, se han planteado dudas sobre la sostenibilidad del repunte previo a $100,000, impulsado en parte por movimientos de compañías especializadas en criptomonedas. La incertidumbre alrededor de futuras rondas de financiación, evidenciada por una caída del 19.4% en las acciones de algunas de estas empresas, pone en tela de juicio la capacidad de Bitcoin para mantener su valor en ausencia de tales respaldos institucionales.

Los operadores están a la espera de señales económicas positivas para ver una recuperación del precio a niveles cercanos a $95,000. En este sentido, la inminente publicación de los resultados trimestrales de Nvidia, tras el cierre del mercado el 26 de febrero, es vista como un indicador clave; sin embargo, la cautela se extiende debido a conflictos comerciales y restricciones en la exportación de chips de procesamiento a China, sumado a temores acerca de una posible burbuja en inteligencia artificial.

El fuerte interés por activos de renta fija y el notable ascenso en el precio del oro sugieren un clima de incertidumbre que afecta también a los ETF de Bitcoin. Datos recientes muestran salidas superiores a $1,100 millones de estos fondos en un solo día, lo que ha contribuido a una ola de ventas de pánico y a la pérdida de confianza entre algunos inversores que esperaban que grandes instituciones amortiguaran la volatilidad del mercado.

Por otro lado, el vencimiento de opciones de Bitcoin por un valor de $6.9 mil millones programado para el 28 de febrero añade presión adicional. La diferencia entre las opciones de venta y las de compra crea un escenario que favorece a los bajistas, quienes ven una oportunidad de mantener el precio por debajo de los $88,000. Con estas condiciones y las crecientes inquietudes sobre el riesgo de mercado, parece difícil que los operadores alcancen una recuperación rápida hacia los $95,000 una vez vencidas las opciones.

En resumen, la combinación de incertidumbre económica global, resultados empresariales moderados y presiones del mercado de derivados han colocado a Bitcoin en una situación delicada, donde las expectativas de una pronta recuperación se ven opacadas por un panorama lleno de retos.