El precio de Bitcoin ha caído más de un 15% desde el 3 de febrero, cuando el presidente de Estados Unidos amenazó con imponer aranceles a China, México y Canadá, situando su valor alrededor de los $86,400 a inicios de marzo. Al mismo tiempo, los inversores han retirado más de $3.500 millones de ETF de Bitcoin en EE. UU. desde aquella fecha, evidenciando la magnitud de la reacción del mercado.

Una primera razón es la incertidumbre económica generada por la imposición de aranceles —un 25% para Canadá y México y un 10% para China—, que ha provocado temores sobre interrupciones en la cadena de suministro y aumentos de precios, fenómeno que ha sido denominado popularmente como “Trumpcession”. En contextos similares, los activos de riesgo sufren depreciaciones notables, tal como ocurrió durante la guerra comercial de Trump con China en agosto de 2019, cuando el Dow Jones sufrió importantes caídas.

La segunda causa se relaciona con la naturaleza ininterrumpida del mercado cripto. A diferencia de los mercados tradicionales, Bitcoin se negocia las 24 horas del día, lo que significa que reacciona de inmediato ante los cambios macroeconómicos. Durante un fin de semana en febrero, la confirmación de las medidas arancelarias impulsó a muchos operadores a vender sus activos, llevando a Bitcoin a alcanzar un mínimo de tres semanas, mientras el valor total del mercado cripto se desplomaba.

La tercera razón es la estrategia de cobertura internacional. Aunque normalmente se esperaría que los aranceles fortalecieran el índice del dólar, en esta ocasión el DXY alcanzó un pico momentáneo y posteriormente descendió, reflejando una tendencia similar a la de Bitcoin. Al mismo tiempo, monedas como el euro y el yen, junto con activos tradicionales como el oro, han mostrado señales de fortalecimiento, lo que indica que los inversores globales optan por refugiarse en alternativas fiduciarias ante la inestabilidad económica.

En resumen, la volatilidad de Bitcoin se debe a la combinación de una mayor correlación con el mercado bursátil estadounidense, su operativa continua y la búsqueda global de activos de refugio. A pesar de que algunos analistas sugieren que esta situación podría favorecer a la criptomoneda a largo plazo en un escenario inflacionario, la respuesta inmediata del mercado se ha caracterizado por el pánico y la retirada de posiciones.

Este análisis no constituye asesoramiento financiero. Cada inversión implica riesgos, por lo que es fundamental realizar un estudio detallado antes de tomar decisiones.