Un reciente incidente de seguridad en uno de los exchanges de criptomonedas más destacados ha generado preocupaciones significativas en el mundo del staking institucional. Bohdan Opryshko, director de operaciones de Everstake, reveló que el ataque cibernético sufrido por Bybit, que involucró un robo de activos valorados en 1.4 mil millones de dólares en Ether líquido, ha minado la confianza de los inversores institucionales. Según Opryshko, la vulnerabilidad expuesta impide que auditores y equipos de cumplimiento den luz verde a nuevos fondos destinados a estos activos, pues la magnitud del hackeo genera serias dudas sobre la seguridad de los protocolos de staking ofrecidos por los exchanges centralizados.

El ataque, perpetrado el 21 de febrero por el grupo Lazarus, supuestamente vinculado a Corea del Norte, evidenció la capacidad de los ciberdelincuentes para acceder a credenciales de wallets en Bybit. Este suceso, considerado uno de los mayores en la industria, no solo afecta la imagen del exchange, sino que también ha acelerado un éxodo de usuarios, que optan por retirar sus Ether en staking hacia soluciones no custodiadas o carteras de hardware en busca de mayor seguridad.

En los últimos seis meses se ha observado una caída aproximada del 7% en las cantidades de Ether en staking en exchanges centralizados, pasando de 8.6 millones a 8 millones de ETH, con una disminución adicional inmediata tras el ataque. Este movimiento revela una tendencia en la que los usuarios prefieren métodos de staking que ofrezcan un control mayor sobre sus activos.

Paralelamente, en el ámbito de los fondos cotizados (ETFs), la dinámica es distinta. Mientras que en Estados Unidos los ETFs de Ether aún no permiten el staking, las solicitudes de algunos emisores han puesto sobre la mesa la posibilidad de incorporar esta función, tal como ya sucede en Europa. Sin embargo, la prioridad en ambos casos continúa siendo la seguridad, factor determinante para la continuidad y expansión de la adopción institucional en el sector.