El modelo GDPNow de la Reserva Federal de Atlanta señala que la economía de Estados Unidos podría experimentar la contracción más pronunciada desde los cierres por COVID-19, con una caída proyectada del 2.8% en el primer trimestre. Esta estimación marca un giro radical respecto a las previsiones de hace apenas un mes, cuando se anticipaba un crecimiento cercano al 4% para el mismo periodo.
Diversos indicadores económicos respaldan esta perspectiva negativa. Entre ellos destaca un déficit comercial récord de 153 mil millones de dólares registrado en enero, impulsado por un aumento del 25.6% en comparación con diciembre, atribuible a la compra anticipada de importaciones antes de la implementación del primer paquete arancelario. Además, una encuesta del Conference Board reveló que el índice de confianza del consumidor descendió de 105.3 a 98.3 puntos en febrero, el mayor declive intermensual desde agosto de 2021, mientras que el gasto de los consumidores se redujo un 0.2% en enero, a pesar de contar con solo once días en periodo tarifario bajo el mando del presidente.
En el ámbito de las inversiones, voces como la del inversor Warren Buffett han advertido que las medidas arancelarias podrían intensificar la inflación y perjudicar a los consumidores, mientras que las preocupaciones macroeconómicas se asocian con la reciente baja en los precios del sector cripto, con caídas del 10.2% en Bitcoin y del 21.6% en Ether durante las últimas dos semanas.
A pesar de la retórica del presidente, quien prometió convertir a Estados Unidos en la “capital cripto” mediante iniciativas como la creación de una Reserva Estratégica de Criptoactivos, el mercado ha visto reducirse su capitalización en más de 670 mil millones de dólares desde su toma de posesión el 20 de enero. No obstante, no todos los modelos de pronóstico comparten este panorama sombrío. Por ejemplo, el modelo del Banco de la Reserva Federal de Nueva York prevé un aumento del 2.9% para el mismo trimestre, y el de Dallas estima un crecimiento del 2.4%.
Mientras que el método de Atlanta emula los procedimientos de la Oficina de Análisis Económico para medir los cambios en el PIB, los otros modelos aplican técnicas de estimación bayesiana y análisis a nivel estatal, lo que refleja diferentes enfoques y posibles disparidades en la interpretación de la evolución económica de la nación.