El grupo Chicago Mercantile Exchange, reconocido a nivel mundial en el mercado de derivados, anunció que introducirá contratos de futuros de Solana a partir del 17 de marzo, una medida que está sujeta a la revisión de los reguladores financieros de Estados Unidos. Los participantes del mercado podrán operar tanto con contratos micro, equivalentes a 25 SOL, como con contratos estándar de 500 SOL, y todos se liquidarán en efectivo. Esta nueva oferta se suma a los productos existentes de futuros y opciones sobre Bitcoin y Ethereum, lo que amplía la exposición de los inversores tradicionales al mercado criptográfico y podría inyectar capital fresco que respalde los precios.
El comunicado del CME tuvo un impacto inmediato en el precio de SOL. Tras el anuncio, el valor de Solana se disparó aproximadamente un 17%, pasando de cerca de $125 a aproximadamente $146 el 28 de febrero. Sin embargo, cabe destacar que durante el mes de febrero, el precio de SOL había mostrado una tendencia a la baja, situándose alrededor de un 46% por debajo de los niveles alcanzados a inicios de mes, cuando rondaba los $233. Actualmente, el activo se negocia por debajo de su media móvil exponencial a 200 días y su índice de fuerza relativa (RSI) se sitúa en 33, lo que lo aproxima a la zona de sobreventa y sugiere un posible suelo en los precios.
Analistas señalan que la falta de inyecciones de capital fresco ha frenado el rally criptográfico. Instituciones y fondos de cobertura, que buscan aprovechar la diferencia entre los precios del spot y los contratos futuros de Bitcoin, ven mermar sus estrategias a medida que esta diferencia se reduce. Además, factores macroeconómicos podrían extender la corrección del Bitcoin hasta el mes de abril.
La incorporación de futuros de Solana por parte del CME podría representar un impulso clave para la liquidez en el mercado de criptomonedas al atraer a inversores tradicionales y proporcionar un marco adicional para la cobertura de riesgos. Se recomienda a los interesados realizar sus propias investigaciones, ya que cada operación de inversión conlleva riesgos inherentes y este contenido no constituye asesoría financiera.